Siempre es una buena experiencia estar dos o tres días sin electricidad ni agua corriente para valorar otras cosas de tu entorno, como la selva virgen de Vietnam. He de decir que el parque nacional por aquel entonces estaba bastante acondicionado. Sólo si visitabas los guardias de la selva (se encargan de proteger la selva de furtivos entre otros) ellos viven sin electricidad (más allá de una placa solar que daba para una bombilla) ni agua corriente. Te duchabas a la intemperie, con una alcachofa vieja y una manguera que tenia medio metro aproximadamente, todo muy precario pero tampoco era un impedimento para seguir sonriéndole a la vida. Vivimos demasiado bien, pienso.
